Si no entendemos el mundo a nuestro alrededor, no intentemos cambiarlo: moldeémoslo

Ya es parte de la imaginería popular, la imagen de Bruce Lee conminándonos a ser más adaptativos: “be water, my friend”, nos aconseja. Quizás la popularidad con la que se recibió la publicidad en la que aparece esta recomendación se debe a su exotismo. Esta idea de adaptación nos transporta inmediatamente hacia geografías orientales y nos desplaza de nuestros antecedentes culturales occidentales.

En occidente nos animan a cambiar el mundo; atrévete a soñar y sé el cambio que quieres conseguir. Nuestros héroes y líderes se nos presentan inmortalizados en estatuas ecuestres, espada en ristre y al frente, marcando el camino, como iluminados por una preclara conciencia divina del camino a seguir.

Frente a ello, la conciencia oriental, que nos anima a adaptarnos y aprovechar las circunstancias en nuestro beneficio, en lugar de modificarlas contra natura, nos provoca una divertida incomodidad. Si bien, desde cierta perspectiva , quitarnos de los hombros el peso del mundo y deshacernos de esa ilusión de control sobre nuestro futuro puede resultar incluso calmante. Por otro lado, la sensación de incertidumbre es al mismo tiempo intimidante.

Lo cierto es que este enfoque es, en mi opinión, cada vez más necesario. Nuestra comprensión del mundo es imperfecta. En este sentido, creo que es muy esclarecedor el interesante libro Thinking Fast and Slow (2011) de Daniel Kahneman. En él, Kahneman, premio nobel de Economía, pone de manifiesto de manera clara y amena, la cantidad de ilusiones, prejuicios y sesgos que nublan nuestro entendimiento de nuestro entorno. De esta manera y en un mundo que cambia cada vez con mayor celeridad, la distancia entre lo que imaginamos y la realidad es cada vez mayor.

Hoy en día, por la irrupción de las tecnologías de la información, la globalización y la intensificación de la competitividad, apenas contamos con un pequeño porcentaje de la información que requerimos para triunfar. Apoyarnos de lo que creemos que conocemos, para cambiar un mundo que en realidad nos es intangible e inalcanzable, es como tratar de conducir un coche con una venda translúcida. Veremos luces, formas y contornos, pero la mayor parte, la estaremos imaginando.
Debemos ser capaces, por lo tanto, más que nunca, de adaptarnos a nuestro alrededor, afinar nuestros sentidos, confiar en nuestros equipos, que complementarán nuestra visión, y destinar nuestros esfuerzos más a entender y buscar nuevos caminos, que a imponer los que creemos conocer.

Jorge Melero

Jorge Melero

Jorge Melero es ingeniero industrial de formación, conferencista, docente y director general de una de las empresas más influyentes del sector de energías renovables en América Latina y España.

Poseedor de un MBA por la Heriot Watt University, ha dedicado su carrera profesional a ayudar a empresas del sector energético a expandirse y alcanzar niveles de crecimiento y excelencia operativa extraordinarios.

Su misión es inspirar a líderes, empresarios y profesionales para impulsar el cambio en la administración tradicional de la empresa hacia una gestión más eficaz para construir organizaciones modernas, éticas y con propósito.

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Jorge Melero es industrial de formación, conferencista, docente y director general de una de las empresas más influyentes del sector de energías renovables en América Latina y España.

Poseedor de un MBA por la Heriot Watt University, ha dedicado su carrera profesional a ayudar a empresas del sector energético a expandirse y alcanzar niveles de crecimiento y excelencia operativa extraordinarios.

Su misión es inspirar a líderes, empresarios y profesionales para impulsar el cambio en la administración tradicional de la empresa hacia una gestión más eficaz para construir organizaciones modernas, éticas y con propósito.